Muchas personas en el mundo no tienen claro en qué consiste el proceso de inhumación o cremación.
Para muchos, que un ser querido fallezca es un sentimiento muy duro y, además, tener que decidir qué preparativos se deben de hacer es aún más difícil.
Existen muchas maneras de honrar y respetar a las personas que ya no están con nosotros pues han fallecido y, dependiendo de las diferentes culturas, cada cuerpo es tratado de una manera diferente.
La decisión que se debe tomar entre la inhumación o cremación es muy personal y a menudo tiene que ver con la fe, la tradición de la familia y las creencias personales que se tengan.
El coste de estos procesos también puede ser un factor que se debe de tener en cuenta, ya que existe una diferencia sustancial entre el coste de la cremación y el del entierro.
Las urnas funerarias sirven para albergar y proteger los restos incinerados de un ser querido.
Pero para una familia que ha sufrido una pérdida, su propósito va mucho más allá de la mera funcionalidad.
La urna se convierte en un digno tributo, cargado de simbolismo, que capta la esencia del difunto.
Hoy en día, las familias en duelo pueden elegir entre cientos, incluso miles, de urnas funerarias.
De hecho, si buscara en Google “urna de cremación” y viera las imágenes que devuelve la búsqueda, vería una gran variedad de urnas de distintas formas, tamaños y tonalidades.
Los ritos funerarios son las ceremonias tradicionales relacionadas con el entierro o la incineración de una persona que ha fallecido.
Estos ritos varían según el grupo religioso al que el individuo pertenece, a menudo con una serie de normas específicas sobre lo que se debe hacer.
La muerte no es sólo un acontecimiento biológico que deja el cadáver como un residuo el cual se debe de administrar; es también, y lo que es más importante, un hecho sociocultural fundamental a causa de las creencias y representaciones que genera y de las actitudes y rituales que provoca y son éstas creencias las que a su vez generan los ritos funerarios.
Por supuesto, se entiende que los ritos son la prolongación inmediata de las creencias, y que los ritos funerarios, en particular, son las formas culturales conscientes de uno de los impulsos más antiguos, universales e inconscientes: la necesidad de superar la angustia de morir y de la muerte.
Los ritos funerarios son tan importantes que la presencia de los participantes se convierte en una estricta obligación, sobre todo en las sociedades tradicionales.
Las palabras de consuelo son un mecanismo por medio del cual puedes, en un momento difícil de la vida de un familiar o ser querido, brindar un poco de aliento y esperanza.
Cuando alguien que conoce ha perdido a un ser querido, es natural que quieras consolarle y ofrecerle palabras de consuelo.
Sin embargo, hay que tener cuidado con lo que se dice, porque a veces lo que a uno le parecen palabras de consuelo pueden resultar palabras hirientes para la persona que ha perdido a un ser querido.
Decir cosas como “Ella está en un lugar mejor” o “Él está mejor” puede resultar ser muy ofensivo y aunque no lo creas, son muy comunes de decir.
Para una persona en duelo, el mejor lugar para un ser querido está aquí, no en Otro Lado.
Decirle a alguien que un ser querido está mejor muerto se tomará muy probablemente como un comentario frío e insensible.
Muchas personas no conocen que la muerte de un ser querido puede traer una serie de etapas de duelo a la vida de amigos y familiares.
El duelo es la experiencia de afrontar una pérdida.
La mayoría de las personas pensamos que el duelo se produce en el doloroso periodo que sigue a la muerte de una persona especial en nuestras vidas.
Pero el duelo también es un proceso que puede acompañar a cualquier acontecimiento que altere o desafíe nuestro sentido de la normalidad o de nosotros mismos.
Esto incluye la pérdida de conexiones que nos definen.